La cadera dolorosa del paciente joven y deportista: Choque o Atrapamiento Femoroacetabular
Ya abordaba en un artículo anterior del blog la artrosis de la cadera o coxartrosis, enfermedad degenerativa o desgaste del cartílago de la cadera que provoca un mal funcionamiento de la cadera y como consecuencia aparece dolor e impotencia funcional. Puedes leerlo en http://traumamodern.blogspot.com.es/2013/08/artrosis-de-cadera-coxartrosis.html
El tema que ahora tratamos es el choque o impingement femoroacetabular (CFA), una causa de artrosis de la cadera que es tratable precozmente.
El CFA es una causa frecuente de artrosis secundaria de la cadera y se caracteriza por anomalías anatómicas que no permiten un adecuado movimiento entre la cabeza del fémur y el acetábulo.
Puede haber muchos desencadenantes previos, tanto patologías previas de la cadera como la Enfermedad de Perthes , displasia acetabular… y en muchos casos la aparición de la misma en el deportista por el tipo de actividad que lleva a cabo.
El choque femoroacetabular es la causa de dolor en la cadera más frecuente en el deportista según publicaciones de las principales revistas americanas, aunque ni mucho menos esto quiera decir que sólo la desarrollen ellos.
Tipos de CFA:
Existen 2 tipos que pueden aparecer de forma independiente o a la vez:
Tipo leva ( cam) : el principal problema se encuentra en la cabeza femoral, en la unión entre cabeza y cuello presentando un abultamiento o giba en esta zona que en la flexión presiona y cizalla la pared anterosuperior del acetábulo.
Tipo pinza (pincer): el principal problema está en el acetábulo donde hay un sobrecubrimiento de la cabeza femoral que choca contra la pared anterosuperior del acetábulo y a la vez fricciona en “contragolpe” sobre su pared posteroinferior. La patogenia es extensa.
¿Cuales son los síntomas?
Suele aparecer como un dolor inguinal y, en menor frecuencia, en la región trocantérea (cadera), glúteos o en cresta ilíaca.El dolor se presenta durante o después de la práctica deportiva, cuando se permanece un rato sentado o bien al levantarse. También puede manifestarse como una lenta pérdida de la movilidad de la cadera, con mínimo dolor asociado al inicio. Puede aparecer el dolor en la cadera al caminar largos períodos, gestos habituales como salir del coche o elevar una pierna sobre otra al estar sentado.
¿Cómo se diagnostica?
Es muy habitual que esta patología pase desapercibida al tratarse de un/una paciente joven , muchas veces deportista, que ha acudido en multitud de ocasiones a diferentes profesionales para tratar el dolor de esa cadera en la que se habla de tendinitis del psoas, trocanteritis, sacroileitis… y la falta de una adecuada exploración y de conocimiento de esta patología no llevarán al diagnóstico hasta dar con la causa que la desencadena. Exploración de una paciente previa a la infiltración.
La entrevista con el paciente y la exploración harán sospecha el CFA, con las radiografías ya podemos evidenciar las sospecha que tenemos y completar el estudio de forma definitiva con RM, TAC… en las que la utilización del contraste ayuda a conocer mucho más la patología de la cadera ya que permite estudiar la lesión del labrum o rodete.
Tratamiento conservador
Una vez diagnosticado el CFA, las primeras propuestas al paciente son el uso de medicación antiinflamatoria , y un protocolo de fisioterapia: corrección de movimientos, alivio del dolor, articulaciones anexas que también puedan sufrir…
Las infiltraciones intraarticulares pueden hacer que mejore el dolor pero es obvio que la patología no desaparecerá.
Imagen radiográfica de CFA tipo Pincer
Infiltración en la cadera bajo control de escopia.
Tratamiento quirúrgico
En la actualidad la artroscopia de cadera gana adeptos y goza de popularidad en el mundo de la traumatología ya que se trata de una intervención mínimamente invasiva, que permite tener una visión del interior de la articulación de la cadera, mediante la introducción de una pequeña cámara. La duración aproximada es 2 horas, precisa mínimas incisiones y se realiza con anestesia general. También se realiza por cirugía abierta, es decir, con incisiones o heridas quirúrgicas de aproximadamente 8 cms ( en los casos minimamente invasivos) o algo mayores según precise el caso.
El objetivo en ambos casos es remodelar la articulación de la cadera para que su función sea lo más cercana a la normalidad con desaparición del dolor en la zona.