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Dr. Francisco José Lara Pulido especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología

Epicondilitis

Epicondilitis o codo del tenista

La epicondilitis, también conocida con el nombre de codo del tenista ( tennis elbow), es una lesión bastante común causada por sobreuso excesivo en el codo. Recibe su nombre debido a que los jugadores de tenis son particularmente propensos a la lesión. Pero muchas otras actividades físicas, incluyendo el tenis, pádel, hockey, balonmano, baloncesto, bicicleta, uso de una máquina elíptica y muchos más… lo que potencialmente puede causar o agravar la epicondilitis. Todo aquello que conlleva uso repetido del miembro superior puede causarlo, sea con deporte o no.

La epicondilitis o codo del tenista, es una enfermedad o lesión caracterizada por dolor en la cara externa del codo, en la región del epicóndilo, eminencia ósea que se encuentra en la parte lateral y externa de la epífisis inferior del húmero. Está provocada por movimientos repetitivos de extensión de la muñeca ysupinación del antebrazo, lo que ocasiona microroturas fibrilares y reparación inadecuada a nivel de los tendones de los músculos que se insertan en la región del epicóndilo, principalmente del tendón del músculo extensor radial corto del carpo. Hay que diferenciarla de diferenciarla de laepitrocleitis, también llamada epicondilitis medial o codo de golfista, en la que el dolor se localiza en la porción interna del codo.

Causas

La epicondilitis o el codo de tenista es causado por la contracción de los músculos del antebrazo en repetidas ocasiones, un movimiento que se puede realizar en muchos deportes y en muchas situaciones de la vida diaria. Es una patología muy relacionada también con profesiones que requieran este movimiento, así es en pintores, fontaneros, administrativos, personal sanitario…interminable lista . Con esto quiero dejar claro que no es sólo el deporte lo que la provoca, ni mucho menos, con lo cual no hay que cuidar y tratar solamente la patología en este apartado, sino a lo largo del día, sea cual sea la actividad que realicemos.

SÍNTOMAS

El dolor en el codo es una de las primeras señales que te indican que puedas tener una epicondilitis. Suele ser un dolor fuerte, agudo, que los paciente describen como fino. Este dolor generalmente empeora con el tiempo y se extenderá a lo largo del brazo desde el codo hasta la muñeca. En muchos casos, el dolor se intensifica cuando realizamos el gesto del agarre, como cuando se abre una puerta o darle la mano a alguien, elevar una silla, coger una plancha , abrir un bote….. También suele asociar pérdida de fuerza al sujetar objetos, esto unido al dolor descrito.

TRATAMIENTO

Hasta aproximadamente el 95 por ciento de las personas con epicondilitis pueden ser tratadas sin necesidad de cirugía. Tu médico te puede asesorar sobre el tratamiento que necesitas. Para ello, para llegar a la curación, debe descansar el brazo. Todas aquellas maniobras o deportes que te provoquen el dolor deberás suplirlos durante el período que te lleve a la curación.

Deberás tomar durante un período medicamentos para reducir el dolor, aplicar frión después de actividades que lo desencadenan y calor en época subaguda o cronicidad. La inmovilización nocturna y en casos de reposo con férulas de muñeca empiezan a dar sus efectos para la mejoría.

Las férulas de muñeca inmovilizan los tendones que se originan en el codo y llegan a la mano.

También ortesis tipo cinchas del codo colocados 2-3 cms distales al punto doloroso ayudan para realizar tareas y descargar el punto doloroso.

cincha

Todo esto acompañado de terapia física para ayudar a recuperar la fuerza de su brazo puede lograr que pasados unos meses nos recuperemos. Fisioterapia, mediante la aplicación de calor local, ultrasonidos, electroterapia, láser, técnicas de masaje, ondas de choque, realización de ciertos ejercicios y otras técnicas Los ejercicios son muy útiles en la ayuda a la recuperación.

En ocasiones la infiltración o inyección local de corticoides asociados o no a un anestésico local pueden resolver los episodios de dolor durante semanas o meses, en ocasiones se realizan 3 infiltraciones sucesivas con intervalos de una semana entre ellas. Existe un pequeño riesgo de ruptura local de la inserción del tendón y del propio tendón, este riesgo aumenta en función del número de infiltraciones.

CIRUGÍA

Son pocos los casos que terminan en cirugía pero si todo lo anteriormente expuesto como tratamiento no lleva a la mejoría tras aproximadamente 9-12 meses, el único remedio puede ser la cirugía para tratar la patología.

Dependiendo de su caso específico, el médico puede recomendar la cirugía abierta, con una incisión en la zona y excisión de la zona fibrosada implicada, o una cirugía artroscópica, que sólo requiere algunas incisiones muy pequeñas a través de unos portales mínimos en la piel. En general, serás capaz de empezar a usar el brazo con normalidad alrededor de cuatro a seis meses después de la cirugía.

Nuevas técnicas en relación con los factores de crecimiento van ganando valor en la recuperación de esta patología.

CONSIDERACIONES: no se tratan enfermedades sino personas. Cada caso deberá ser evaluado por particular por un especialista.